Y algo nos cayó, pero subimos el Turó (y lo bajamos!)

Como habíamos previsto, el sábado 27/10/2012 nos plantamos en Santa María de Palautordera a las 7:30 horas un total de 10 ciclistas incluyendo a Salva desde la Siberia, Ventu y Jordi del CC Eddy Mur de Igualada, uno de nuestros SGAs de la sección vallesana Jose Salmerón y Juli, un sanjatanero emigrado a Sabadell habitual de nuestras salidas.

Como a las 7:30 horas todavía estaba bastante oscuro no podíamos saber si el inefable meteorólogo que predijo las lluvias del sábado pasado erraría de  nuevo en su pronóstico de "nubes y lluvias débiles" anunciado para esa mañana. Así que con la incógnita del clima sobre nuestras cabezas, como nube de tormenta, iniciamos las presentaciones y el montaje de las bicis.Como se puede apreciar en la oscura foto de aquí al lado, Salmerón optó a última hora por un modelo poco convencional para subir el Turó de L'Home.
A lo largo del día comprobamos que el hombre del tiempo acertó y que Salmerón daría pedales con talento hasta en una bici de madera.

A las 8:00 horas arrancamos encarando 6 kilómetros que separan Santa María de Sant Celoni a modo de calentamiento. Siguiendo los consejos de Salva cambiamos el tramo inicial de la ruta para subir por Mosqueroles... total, los 24 kilómetros de subida no nos los quitaba nadie y los 1500 metros de desnivel positivo tampoco. Dale que dale al pedal, nos plantamos en el desvío que se toma para subir hasta el Turó de L'Home por una pista totalmente rota. Creo que hablo por todos cuando digo que jamás he sufrido menos subiendo 6 kilómetros al 8% que bajándolos; el mal estado del pavimento hacía que las horquillas padecieran casi tanto como nuestros brazos y manos tratando de esquivar boquetes y frenar para no coger velocidad. Un auténtico calvario, pero el haber hecho cima todo el grupo es algo que compensa el agarrotamiento muscular. Los dolores se van, las gestas se quedan y aquí va una foto que lo atestigua.

Llegados de nuevo a la carretera de Santa Fé fuimos recuperando la sensibilidad en los brazos y manos mientras rodábamos por un paisaje de postal. Me permitiréis que me ponga poético, pero es que recordar lo hermosos que estaban los bosques del Montseny este fin de semana me enternece: pocas cosas son comparables a rodar en bicicleta charlando con los amigos, trazando suaves curvas entre los hayedos teñidos de ocre, con el suelo cubierto de una alfombra de hojas humedecidas por la fina lluvia que durante toda la mañana había ido cayendo de las nubes como pérdidas de orina de Concha Velasco... Y rota la magia, sigo con la crónica.

El caso es que pasamos Santa Fé, cruzamos Viladrau, pillamos algo más de lluvia llegando a Seva y allí paramos para repostar en el más amplio sentido de la palabra pues llenamos nuestros bidones y nos enchufamos todo lo que nos quedaba en los bolsillos de los maillots: barritas, geles, fruta, chicles de menta... y si hubiéramos parado a coger alguna seta o castaña de las que vimos en las cunetas también se habría ido esófago abajo. Los 9 kilómetros de ascenso al Collformic a un pendiente media algo superior al 5% ya se planteaba como una dificultad seria con 70 kilómetros en las piernas y 2000 metros de desnivel acumulado (pese a que alguien insistía en que desde el Turó de L'Home a Seva había 35 kilómeotros de bajada...).

Llegados a la cima del Collformic la sensación de "Misión Cumplida" se apoderó de nosotros. No era para menos pues para la SGA esta era la guinda de la temporada y la pica en Flandes la habíamos puesto el grupo al completo, con frío y lluvia y haciendo la más dura de las rutas planteadas.A lo grande!

Ya sólo nos quedaba bajar hasta Santa María de Palautordera, donde el asalto al primer bar que se nos pusiera a tiro estaba más que claro.
Aunque el tiempo había mejorado algo al dejar de lloviznar, el frío continuaba castigando nuestros cuerpecillos sudados. Y castigaba a unos más que a otros: Jonatan había venido en plan veraniego, guantes cortos, sin chaqueta, sin paravientos... a la brava! Suerte tuvo de que el bueno de Ventu a parte de a la construcción también se dedica al corte y confección; con cuatro cosas le pergeñó una chaqueta windstopper a medida, como se puede comprobar en la foto de la izquierda. Si alguien quiere una, creo que coge encargos.

Y a nuestra llegada hasta salió el sol para que no pasáramos tanto frío mientras nos cambiábamos de ropa, repasando una salida que ya ha pasado a nuestro Top 3 por el recorrido, dureza, diversión... una de las salidas que hace afición!